21 mayo 2012

The Road of the Rising Sun

Y llego el esperado día. Por fin hoy todo el calvario y sufrimiento iba a terminar. Hoy iba a ser el día en el que Josh había decidido quitarse la vida como desde hacia tantos años había programado: a lomos de un precioso Ford Mustang Fastback de 1968, color verde con dos franjas blancas cruzandolo desde el maletero hasta el morro, en un hermoso día soleado y totalmente despejado, estrellándose a gran velocidad en una curva que derivaba en un profundo barranco, en una carretera prácticamente desértica. Lo ideal para el siempre fue la mas que conocida Ruta 66, pero no había sido posible ir hasta allí y ya estaba cansado de retrasar su cita con la muerte. Esta vez lo tenia todo a favor para llevar este plan a cabo.


Fue al supermercado mas cercano, compro un par de botellas de Whiskey. Tras esa compra, se dirigió a la tienda de discos mas cercana, para llevar a cabo esta proeza necesitaba una buena banda sonora y pocas cosas podían sonar mejor para abandonar este mundo que el clásico de los Lynyrd Skynyrd, Free Bird. Esa canción le daría las alas necesarias para volar barranco abajo. Por ultimo pero no menos importante, tenia que asegurarse que las posibilidades de supervivencia eran totalmente nulas, así que había optado por vaciar la parte trasera del coche y dejarla bien espaciosa, para llenarla con bidones de gasolina bien fresca, concretamente, 8 bidones totalmente llenos. Era mas que probable que el coche de por si explotase el tocar el fondo del barranco, pero si de paso le añadimos unos cuantos litros mas de gasolina, seguro que el espectáculo se convertiría en algo digno de verse y recordarse durante un buen tiempo. 


Una vez hubo conseguido todos los ingredientes de este mortal cóctel, se fue a casa, se subió al Mustang, y se bebido en unos 10 minutos las dos botellas de Whiskey, puso el disco que acaba de comprar, y arranco el motor.


El alcohol tardaría aun un rato en hacer efecto, disponía de esos minutos para llegar hasta la que el había denominado, zona cero. 
La música iba sonando, el tiempo dejo de medirse en minutos u horas o las distancias ya no eran metros o kilómetros. Todo se media en canciones, era la nueva medida para todo que Josh. Disponía de exactamente 32 minutos y 37 segundos antes de que empezara la ultima canción del disco, Free Bird.
Las canciones iban pasando y la ciudad iba quedando atrás. Los limites de velocidad quedaban todos rotos a su veloz paso y no existia semáforo en rojo que pudiera detener su paso. Cada canción que terminaba, sus ojos veían peor, sus manos se resbalaban mas y mas del volante y sus pies fallaban al intentar pisar un pedal u otro. El coche iba haciendo eses cada vez mas pronunciadas y de pronto, la esperada canción comenzó a sonar... apenas le quedaban 3 minutos para llegar a la curva, ya que era el momento en el que el solo de la canción empezaría y el quería echar a volar justo en ese instante, ni antes ni después.
Finalmente, paso lo que tenia que pasar, el whiskey hizo totalmente su efecto y al comienzo de la esperadisima Free Bird, Josh perdió el control y salio disparado por un terraplén dando vueltas de campana. Esto habría sido mas o menos estupendo, si no fuera por que nuestro poco carismático y querido protagonista, sobrevivió al accidente. Y fue en ese instante, entre humo y cristales rotos rebotando por el asfalto mancillado por el aceite de un motor roto, justo en ese preciso momento cuando yo llegue a la zona del accidente, pare el coche y sin pensármelo dos veces corrí a socorrer a ese pobre infeliz. Lo saque inconsciente del Mustang y lo arrastre como pude hasta la cuneta, junto a mi coche, donde tenia un botiquín a la espera, botiquín que jamas pensé que tendría que usar.


Le mire a los ojos, decepcionado por completo... - Josh, ¿en que demonios pensabas cuando te lanzaste a esto eh?- el pobre chaval se fue despertando levemente aterrado mientras me miraba fijamente - ¿Que acaba de decir? ¿como sabe quien soy?- En ese instante, quise dejar de ser tan duro con él, le sonreí y le respondí como mejor pude a su pregunta. - Josh, soy tu, tu yo del futuro, sabia que hoy harías esta gilipollez, por que yo también la hice... y yo también me salve a mi mismo aquel día. Hoy me tocaba volver aquí y ser en esta ocasión el salvador.- Josh no daba crédito a lo que estaba escuchando. Sin decir nada, yo me levante, cogí un zippo que llevaba en la guantera, baje el terraplén, agarre uno de los bidones de gasolina que había en el interior del Mustang siniestrado, lo rocié de gasolina y lo prendí fuego. Se acabo. Aquel Mustang verde no tardo en convertirse en una bola de fuego. Subí de nuevo junto a mi joven amigo, le subí a mi coche y se lo deje bien claro - Nunca jamas vuelvas a intentar una estupidez así, créeme, te espera una vida demasiado buena como para que te la pierdas por mamarrachadas sin sentido, hazme caso, vas a quedar sobrecogido con las cosas tan cojonudas que vas a vivir. Saborea el dolor ahora, que no volverás a sentirlo en muchísimo tiempo, y cuando llegue, se ira de igual forma y rapidez que tu cochecito verde envuelto en llamas.- Josh quedo en silencio al escuchar aquello, miro al retrovisor y sobresaltado dijo - Espera un segundo... tu coche, también es un Mustang Fastback del 68, ¿verdad?- Le mire y le sonreí nuevamente - Exacto, solo que no es verde, es negro-.

16 enero 2012

Mi escalera al cielo

Hielo goteante es la linea que nos une
si flácida fuese la voz que te llama a venir
y rotas las reglas de la vida
pierde la razón, y la gana el sentir

Venga la noche a la vida, 
venga el vivir al vivir, 
venga tu rostro enrojecido,
tu cálido ser a mi. 

Más dura, hirviente, cálida la tuya, 
llámame a ir, y no pudiendo
enloquezco, enfermo,  me ahogo,
me deshago en ganas de salir

Venga la noche a la vida
venga el vivir al vivir
venga tu rostro encendido
tu cálido respirar a mi

Esperote esperanzado pues, 
perfecta, del alma, amiga, 
perfecto, selecto estres,
el que siente el amante, 
el amado, al coincidir